Encuentro en las prácticas textiles matáforas, asociaciones, continuidades a través de las cuales dar forma a mis preguntas, esbozar respuestas, construir pequeños universos posibles. Pero también, un particular modo de ver, que se sitúa en una posición borderline, marginal. La de lo táctil, lo frágil, lo blando, lo doméstico, con un trasfondo histórico, social y político que remite, entre otras cosas, a lo originario, a lo femenino, a la historia oral, a la importancia de los lazos y de las formas amorosas de vincularse, de actuar y de afectar… Y a su vez, a lo contrahegemónico, lo contracultural, la resistencia.
Mi universo poético se
compone entonces, generalmente, de materiales, procedimientos y conceptos textiles,
vinculados a prácticas como el bordado, la costura, el tejido, el teñido. Pero también utilizo otros medios
como la fotografía, el collage y la escritura, que dan lugar a imágenes de
diversa índole, que dialogan y se tensionan entre sí. Suelo trabajar a partir
de proyectos que integran diversas series de obras, y producir piezas que
funcionan en conjuntos abiertos, a modo de instalaciones que van mutando según
el lugar y el momento en que las exponga.